DESAFÍO ELECTORAL 2024

La cercanía de las elecciones, como sabemos, las tenemos cada día más cerca. La pregunta es: ¿Estamos preparados para salir el domingo 3 de junio y depositar nuestro sufragio? Aunque esta pregunta pueda parecer prematura, considerando la urgencia de arrebatarle el poder a la 4T, es necesario empezar a prepararnos para decidir por quién votar. Es crucial conocer a fondo el perfil y la trayectoria del candidato de nuestras preferencias, ya que la falta de este conocimiento nos ha llevado a las ruinas en las que se encuentra la nación hoy en día. Además, debemos tener presente que constitucionalmente a Morena le quedan pocos meses.

La preparación que solicito a toda la ciudadanía es que analice con calma y a profundidad las conductas y actitudes de los candidatos, prestando especial atención a las dos candidatas a la Presidencia de la República: Xóchitl Gálvez y Claudia Scheinbaum Pardo.

Una vez que la sociedad tenga definido, como resultado de su análisis, por quién votar el próximo domingo 3 de junio de 2024, deberá dedicarse a realizar proselitismo a favor de la senadora Xóchitl Gálvez o a favor de Claudia Scheinbaum. Si se desea que Claudia acabe con el tiro de gracia a México, entonces se deberá votar por ella. Pero si queremos que México, con sus instituciones, se levante de los escombros actuales, debemos votar por Xóchitl, con la garantía de que únicamente con ella en la Presidencia de la República se podrá realizar la reconstrucción de nuestro México querido. Todos los mexicanos seguiríamos siendo libres, y la patria continuaría su camino dentro de la democracia.

Solo existe una cosa y una condición. Si López Obrador necesitó el 53% de la votación en 2018 para llegar a darnos en la madre, ahora debemos abarrotar las urnas para ganarle a doña Claudia. No debe ser el 53 ni el 63%, sino por lo menos el 83%. Claro que podemos alcanzarlo, y esto y más es cuestión de la decisión del electorado.

 

En estas elecciones del 2024, estoy plenamente seguro y convencido de que podemos alcanzar el 83% de votos, siempre y cuando las reglas de la jugada sean claras, legales y honestas. Y se cuente con la decisión de no seguir a Cuba, ni a Venezuela, y mucho menos a Nicaragua.