POR EL BIEN DE TODOS: PULCRITUD Y LEGITIMIDAD 
 
De súbito, la doble solución se vino abajo. Morena rechazó nombrar a los magistrados y, por lo mismo, Movimiento Ciudadano se negó a integrar la mayoría calificada para designar a la ministra. ¿Es que todo fue para que, al final, el Ejecutivo nombrara a quien él quisiera en la Corte y dejara deliberadamente incompleto y en crisis al Tribunal Electoral?
En el colmo del absurdo, a unas horas del rechazo de la terna propuesta para designar a la ministra, el Ejecutivo nombró a Lenía Batres, mientras la ministra Norma Piña terminaba de rendir su primer informe de labores.
 
¿Quién resolverá la guerra sucia que, a gritos en pecho, acusa el dirigente de Morena, Mario Delgado, si los árbitros carecen de silbato y los jueces andan del chango? En el instituto y el tribunal electoral no se advierte cohesión ni autoridad.
 
El desencuentro de los poderes de la desunión, la falta de solidez de los órganos electorales y el proceder desarticulado de Morena en el gobierno, el parlamento, el partido y el equipo de precampaña no constituyen un buen augurio. La coordinadora y precandidata del movimiento debería proponer una cumbre con los lugartenientes, sobre todo, si considera estar en posibilidad de ganar. Como quien dice, por el bien de todos: Pulcritud y Legitimidad. 
 
Pablo Gomez Tarso