CAMBIO ASEGURADO
Las precampañas con miras a las elecciones del próximo domingo 2 de junio van avanzando, aunque no con la rapidez que quisiéramos, dada la limitación de tiempo (3 meses a partir del 1 de marzo) para hacer proselitismo y tratar de obtener la mayor cantidad de votos que respalden el triunfo de la ganadora de la contienda.
Ahora, si alguien me llegara a preguntar por quién votar, sin pensarlo le contestaría: por la hidalguense Xóchitl Gálvez Ruiz. Simplemente porque con ella está asegurado el cambio de política en México. En cambio, Claudia Sheinbaum ofrece no solo continuidad en la política de López Obrador, sino también profundizar en el régimen cubano, venezolano o el de Daniel Ortega (Nicaragua). Esto solo lo desean los seguidores de la 4T, quienes, por intereses muy personales, trabajan por el continuismo de Morena.
Sobran motivos y cualidades para estar seguros de que, de llegar Gálvez Ruiz a ocupar la presidencia, veremos en el horizonte nacional la silueta de un nuevo México, en plena reconstrucción. Esto suena muy bonito, pero antes debemos echar toda la carne al asador para obtener el triunfo de Xóchitl, por lo menos con un 55% del total de sufragios. Hay que tener presente que Andrés Manuel llegó a la presidencia con el 53.5% de la votación total en 2018.
México se los corresponderá con creces si desde ya convencen a familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo y a cuantas personas se les crucen en el camino de la vida. Estos comicios, por más parecidos que parezcan a los anteriores, tienen varias particularidades que los hacen distintos. Entre estas particularidades, los expertos las señalan como elecciones de Estado. Otra particularidad es que Claudia cuenta con todo el dinero y con todo el poder de López Obrador. Otra particularidad es que continúe la intromisión de los diferentes grupos del crimen organizado. En estos momentos ya se han registrado varios asesinatos de candidatos de diferentes partidos y candidatos bajo las armas del crimen. Es de esperar que, a medida que avancen las campañas, esta intromisión sea más intensa y diáfana. ¡Ya veremos!
ALFREDO HERNANDEZ SAUCEDO